24.2.12

Pedro "El Sereno"...Libertad, Paz y Amor.

Estaba sentado en la cumbre de la montaña, observaba el valle, el río, tan largo y angosto como un  hilo de oro cuando  el sol,  en el atardecer, lo iluminaba.
Las nubes pasaban por arriba de su cabeza, tan cerca que hasta las podía tocar si extendía sus brazos hacia ellas.

 Era amigo del sol, que trataba de dibujarle surcos en el rostro y  del viento, que se encargaba de borrar lo que intentaba esbozar el sol.
 Siempre tenía una sonrisa prendida en el rostro, acompañada de una mirada abierta y franca.



Amaba a la naturaleza, a los Hombres, al Universo, pues poseía esa capacidad de llegar al conocimiento del Alma Humana a través de su Corazón Abierto del par en par, nacido del silencio interior.

Un día le había pedido a su EGO, que se tomara vacaciones, pues había trabajado demasiado en su vida y su gran aliada, la MENTE, ahora estaba al servicio del CORAZÓN que cada día se expandía más y más.

Había logrado integrar la Libertad en la Paz interior y lo expresaba en Amor, era la encarnación del Amor.

Lo acompañaban durante día el Sol, el valle, las montañas, las aves; por las noches, las estrellas y la Luna.

Cuando tenía necesidad de conversar llamaba a los duendes, al viento o le pedía a su Alma que se conectara con su Ser Superior, pues sentía el llamado.

 En las frías noches su Ángel de la Guarda lo abrigaba y cuando el calor lo acorralaba, las sílfides le traían  brisas del norte.

¿Su nombre..?, nadie con exactitud lo sabía,  pero por común acuerdo en el pueblo lo llamaban Pedro “el Sereno”, pues siempre llegaba en el momento oportuno, con calma, resolvía  los problemas que aquejaban a los habitantes…

La cosechadora  que se negaba a funcionar,
Las disputas entre vecinos  por la utilización del agua río,
Hasta las cuestiones de amor casi “imposibles” de resolver.
Siempre aparecía en el momento oportuno.

Llamaba a los aldeanos:”Hermanos”, a Dios: “Padre”, pero aclaraba que su Padre era también el Padre de todos y de todo, simplemente él se había despertado de un  tiempo de olvido y estaba anclado en su Montaña Azul para festejar el despertar del todos.






De palabras breves, pero cargadas de amor, lograba llegar a los corazones, hasta los más cerrados, como las flechas de Cupido que siempre llegan a tiempo.
Después… desaparecía en la Montaña.

 En su casa las puertas no tenías llaves, porque según decía. “no las necesitaba”, las ventanas  no tenían cortinas, pues le impedían saludar al que pasaba o deseaba ingresar a su hogar.

Pedro era un Hombre sencillo, común, como decían algunos habitantes del valle.
No sabía lo que significaba “estar solo”.

Un día un niño le preguntó:
“Pedro por qué dices  que no sabes lo que es estar solo si vives solo, nadie te conoce compañía alguna.


 A lo que responde Pedro:
“Me acompañan la naturaleza, el Sol, la Luna, el Cosmos con sus habitantes, en mi interior fluye un río de Paz que me conduce al Creador de todo y todos.
Qué más compañía puedo pedir.

A lo que el niño acotó:
“Una esposa, te falta una esposa y muchos hijos”.

Pedro ante el reclamo del niño sonrió dulcemente y le contesto:

“Sabes, te diré un secreto, tengo esposa ella no está aquí como tú y yo. Ella vive lejos y cerca a la vez, pues entre su corazón y el mío no existe ni tiempo, ni distancia.
Nos amamos intensamente a cada instante, somos dos, pero en el Amor Incondicional somos UNO.”

El niño lo miró con desconfianza, no comprendió lo que le decía, pero sintió que no mentía, ni deliraba, sus palabras eran sinceras, nacían de la verdad más pura que jamás había sentido antes.

Pedro “El Sereno”, conocía el Alma Humana, pues conocía sus propias profundidades.
Había comprendido que nadie puede salvar al otro si antes… no se salva a sí mismo y para llegar a la meta no  sirven las reglas, las estructuras dogmáticas, pues cada uno construye su propia Libertad Espiritual, su propia Paz Interior, pero cuando se llega, descubrimos, que todos llegamos al AMOR, a ese AMOR que es la Fuente de la CREACIÓN, es nuestro verdadero y único origen.




Espero que esta historia de Pedro “El Sereno”, les haya acariciado el Corazón, pues en ella hay mucho Amor para compartir.
Los Amo desde lo más profundo de mi Ser Superior unido al de TODOS ustedes.
Hasta nuestro próximo encuentro.
Con Amor Incondicional, Ashamel.

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