¡¡¡¡¡Hola Herman@s!!!!!
Que les parece si el mensaje de esta semana lo centramos en
la EMPATÍA.
Es la emoción que nos vincula con nosotros mismos, con el
otro y con los otros, de una forma distinta que la simple simpatía.
Si tuviéramos que establecer una definición de EMPATÍA, yo
la definiría como:
EL ARTE DE ESTABLECER CONEXIONES DE NUESTRO CORAZÓN CON LOS
CORAZONES DE LOS OTROS.
La empatía nos conduce a sentir a través de nuestro
corazón lo que siente el otro corazón sintiente.
Se SIENTE lo que el otro siente, llegando percibir, su dolor
en intensidad, causas o malestar.
Si bien sentimos ese dolor, en su magnitud originaria,
logramos mantener nuestra independencia emocional para ayudarlo, para
escucharlo, para comprenderlo.
Entonces, la empatía que sentimos por el otro, nos conecta a
su emoción, pero no nos perdemos en ella, logramos mantener nuestro Ser interior
centrado en nosotros mismos, seguimos siendo nosotros mismos, pero en ese
instante sentimos la alegría, la exaltación o el dolor que siente el otro,
además sentimos sus razones, sus causales.
Ser Seres empáticos, no significa que estemos de acuerdo con
el otro, podemos disentir, pensar distinto, pero en el momento, logramos esa
“casi” mágica conexión que nos hace comprender por qué el otro siente lo que
siente y por qué lo siente de esa forma, es decir, los orígenes de esa emoción.
Normalmente se confunde empatía con simpatía, pero son
emociones distintas en la manera de concretar la conexión.
Ustedes pueden sentir simpatía por alguien, en alguna área
de la vida como puede ser la profesión, un deporte, los gustos por la lectura,
pero la simpatía es pasajera, no perdura, pues como ustedes cambian y el otro
también, la conexión que establecieron a
través de la simpatía por un hecho determinado, se disuelve cuando una de las
partes o ambos deciden cambiar.
La empatía va más allá que los hechos, las emociones y hasta
de ustedes mismos, pues al sentir la esencia de otro, conectarse con ella, ese
puente que establecieron, los conduce a escucharlo, a comprenderlo y a ofrecerle las respuestas
que el otro necesita, sin dejar de ser ustedes mismos en ningún momento.
Ser empático no es darle la razón al otro cuando realmente sentimos
que no es así.
Es es sentir sus propios sentimientos y
alcanzarle la respuesta más adecuada de tal forma que el otro no se sienta
herido, pues ustedes sentirían su dolor y en este caso será por causa que ustedes mismos
generaron.
Los Seres empáticos logran esa conexión, que los conduce al
conocimiento, a través del SENTIR y eso lleva a la compasión, emoción perteneciente
a los Planos Superiores de la Conciencia.
Si todos lográramos sentir empatía, comenzando por nosotros
mismos en primera instancia, seguramente la vida de relación entre nosotros y
los otros sería más armónica, más responsable y más duradera.
Construiríamos una sociedad donde los niños serían más
respetados por los adultos, los ancianos más protegidos por la sociedad completa,
no solo por la familia más allegada al anciano.
Los jóvenes, encausarían mejor sus energías para renovar las
estructuras sociales, pues los adultos
trabajarían a su lado sustentando
las herramientas para que ellos renueven, cambien o transformen una sociedad
móvil, viviente que se transmuta con la incorporación de las nuevas ideas.
No existirían las luchas de clases sociales, los
antagonismos, la discriminación, la competencia, la envidia, la guerra por la
concentración de poder económico o político.
No existiría la pobreza, ni la soledad, ni el desamparo…
Lograríamos ser UNO desde el sentir de nuestro corazón
conectado al corazón de la Humanidad.
Mi sentir de empatía Humanística no quedará como un sueño
que se desvanece en el tiempo y en el hacer cotidiano, por ello les comparto un decreto.
DECRETO:
YO SOY LA QUE SOY
EN LA EMPATÍA CON
TODOS Y TODO
UNIFICADA CON EL
CORAZÓN DE GAIA,
LA HUMANIDAD Y
FUENTE DIVINA.
ASÍ ES, ASÍ ES, ASÍ
ES.
HECHO ESTÁ.
HASTA NUESTRO PRÓXIMO ENCUENTRO...
Con Amor incondicional,
Ashamel Lemagsa.
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